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BAUTISMO CON LUCIFER
El Renacimiento de la Llama Negra

Durante la Celebración de Imbolc trabajamos con Lucifer que forma parte de la Triada Infernal del Santuario. Imbolc, tradicionalmente, es un festival del fuego y purificación asociado con la diosa celta Brigid. Sin embargo, en el sendero siniestro, podemos reinterpretarlo como una celebración de los fuegos de Lucifer, la luz negra que arde en la oscuridad. Lucifer no solo es el portador de la luz, sino también el fuego oculto que transforma, consume y renueva. En este contexto, Imbolc deja de ser una fiesta de fertilidad en el sentido tradicional y se convierte en un rito de iniciación, iluminación a través del fuego y transmutación interna.

 

Objetivo del ritual: es un rito de transformación definitiva, donde el adepto muere simbólicamente en la llama negra de Lucifer y renace como un ser transmutado, libre de las ataduras de su antiguo yo. Este ritual es una ceremonia de muerte y renacimiento dentro del sendero siniestro. Aquí, la "muerte" no es una simple metáfora, sino una inmersión en la llama negra de Lucifer, donde el adepto es despojado de todo lo que no le sirve y emerge con una nueva esencia. Se trata de un acto de soberanía personal, un pacto de transformación profunda con el fuego oculto de Lucifer.

 

Materiales:

 

  • Una gran vela negra (simbolizando la llama negra de Lucifer).

  • Un brasero o cuenco de fuego con carbón ardiente.

  • Incienso de azufre, estoraque y mirra (para invocar la presencia luciferina).

  • Un espejo negro o superficie reflectante (para visualizar el renacimiento).

  • Un sello de Lucifer en metal o pergamino (que será consagrado en la llama negra).

  • Un manto o túnica oscura (para simbolizar la "muerte") que será descartado al final del ritual

  • Un cuenco de vino oscuro con dos o tres gotas de tu sangre (para el pacto con la nueva esencia).

  • Un pergamino o papel y tinta roja (para escribir el nombre del adepto que “morirá”).

  • Una daga o athame (para marcar el acto de corte con el antiguo yo).

 

Este llamado debe realizarse en un espacio consagrado al fuego y a la sombra, donde la llama negra de Lucifer pueda manifestarse como el destructor y forjador del adepto.


 

Procedimiento: 

 

  • Preparación del Espacio. Apertura y Consagración de tu cámara ritual.

 

  • Encender la vela negra y el brasero, invocando la llama oculta de Lucifer. La vela puede llevar tallado el sigilo de Lucifer y puedes ungir las velas con aceite o tu propia sangre. Si utilizas tu propia sangre hazlo siempre con una lanceta para no correr riesgos. La seguridad es primero.

  • Quemar el incienso y visualizar el humo formando un portal a la gnosis prohibida. Tras cruzar ese portal comienza el ritual y se coloca el espejo negro en el altar, frente a la vela, y fijando tus ojos al centro del espejo, recita la siguiente invocación: 

 

"Oh Lucifer, Luz Negra de los Sabios,

Señor de la llama que arde en los reinos ocultos,

Rebelde, Portador de la antorcha que disipa la ilusión,

Aquel cuyo resplandor no enceguece, sino que revela.

Te llamo desde la noche de mi alma,

desde la frontera entre lo que fui y lo que debo ser,

para que en este umbral sagrado

me concedas la muerte y el renacimiento en tu fuego eterno."

 

(Coloca las manos sobre el brasero o la vela negra a una distancia prudencial para no quemarte, sólo para sentir su calor, siente la energía y el calor de Lucifer entrando por tus manos y recorriendo todo tu cuerpo. Ahora continuamos con la invocación:)

 

“Tú, que iluminas más allá de la muerte,

guía de los caídos y maestro de los renacidos,

que tus llamas sean el juicio de mi debilidad,

que en su abrazo ardiente se consuma mi ser caduco,

y que solo permanezca aquello digno de tu sendero.

Hoy entrego mi antiguo ser a tu fuego,

abandono la piel de lo que fui,

desgarro las cadenas de la fragilidad,

y me entrego al abrazo incandescente de la transmutación.

Que todo lo que no es fuerte se reduzca a cenizas,

que mi temor, mi duda y mi ignorancia ardan sin retorno.

Que mi esencia sea fundida en el crisol de tu llama,

forjada en la noche eterna y templada en la sangre de la voluntad".

 

(Toma el cuenco con el vino, lo elevas sobre la llama y continúa con la invocación:)

 

"Lucifer, Príncipe del fuego oculto,

acepta esta sangre como testimonio de mi transformación,

como el pacto que sella mi muerte y mi renacer.

Que mi voluntad sea inquebrantable,

que mi sendero sea el de la llama negra,

y que mi destino esté sellado con el fulgor de tu gnosis inmortal."

 

(Con tu dedo índice mojas en el cuenco y te pintas una cruz invertida en la frente. Despues bebe del cuenco, absorbiendo la energía de la transformación. Continúa con la invocación:)

 

"Así como la noche devora al día,

así como la estrella brilla en la sombra,

así renazco en tu fuego, Lucifer,

no como el que fui, sino como el que ha despertado.

Desde este instante, mi espíritu es llama,

mi esencia es fuego,

mi voluntad es eterna."

(Arroja su manto negro al suelo, simbolizando el abandono definitivo del antiguo yo. Mira el espejo negro, buscando la manifestación de tu nueva identidad. Finalmente, apaga el fuego con un soplo o lo deja consumir por completo, cerrando así el ciclo de transformación. Finaliza el ritual con el decreto a Lucifer para sellar el bautismo:)

 

"Que así sea, porque así lo decreto en tu nombre,

Lucifer, Luz Negra, Príncipe de la Ascensión."


 

  • Finalización y Cierre: Este ritual no es solo un acto simbólico; es un compromiso con el sendero de la llama negra. Se recomienda que el adepto lleve consigo el sello de Lucifer como recordatorio de su renacimiento y continúe su camino con la certeza de haber trascendido su forma anterior. Es un ritual que se aconseja hacerlo totalmente desnudo solo con la capa. De esta manera te despojas de todo lo material de ese yo anterior.

 

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Sigilos creados y cargados por el santuario en exclusvia para el ritual de la muerte del ego con Lucifer ®
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El Sendero de las Diosas Oscuras

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