LA NOCHE DE LA PURGA:

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Deipnon es una comida de ofrenda religiosa que se le da a Hécate en Luna Oscura para apaciguar las almas que anhelan venganza o como regalo para purgar o reparar las malas acciones donde posiblemente se había ofendido a Hécate. El tema de la purificación es un propósito secundario que es el que más solemos ver en la actualidad. Así que dejamos a un lado la purificación general para hacerla durante el último día de Luna Oscura y del 13 al 16 de agosto, apaciguamos a los espíritus de los muertos con diferentes rituales.

13 - Por la noche montaremos un altar especial para Hécate y durante esa noche se le rendirá tributo con oraciones y cánticos para llamarla a las encrucijadas.

14 - Es el día en el que prepararemos todas las ofrendas que vamos a dejar en la encrucijada el penúltimo día del ritual. Las ofrendas se colocarán en nuestro altar para que sean bendecidas por Hécate antes de entregarlas a los espíritus inquietos.

15 - se hará el ritual de “la purga” que constará en dejar esas ofrendas bendecidas en la encrucijada y haremos el sacrificio de expiación.

16 - es el día de la purificación de nuestra casa y entorno.

La comida que vas a preparar como ofrenda ha de contener cualquier alimento que se use en tu tradición como ofrenda a los muertos o a Hécate: huevos, ajos, pescado, puerros, pasteles, miel, vino, granadas o manzanas, aceite, flores, laurel, cebada, etc. Si no te ves capacitado o no tienes la oportunidad de hacerlo en una encrucijada, en la antigüedad las familias colocaban la comida en un pequeño santuario para Hécate que tenían en la puerta de su casa, colocaban la comida al atardecer, de esta forma se creaba una encrucijada o se emulaban las tres vías sagradas de Hécate. Si lo haces de esta forma o lo haces en una encrucijada, cuando dejes la comida no mires hacia atrás porque se dice que los espíritus se enojan cuando se les veían cenar. Los atenienses eran muy conscientes de que los espíritus errantes salían durante las horas nocturnas del Deipnon.

Una vez hayas dejado las ofrendas de comida en la encrucijada viene el momento del sacrificio de sangre para la purgar o reparar las malas acciones. En la antigüedad se sacrificaba a un perro y después se leían de forma adivinatoria las entrañas del animal para saber que ese sacrificio había sido aceptado y el pecado u ofensa a Hécate se había limpiado. De esta forma quedaban liberados hasta el próximo mes. En la actualidad esas cosas no las hacemos, así que te tocará entregar un símbolo de tu sangre como buena voluntad y arrepentimiento. Esto lo harás sobre el sigilo de Hécate que dejarás en la encrucijada junto con dos velas negras emulando las antorchas de Hécate. Antes de soltar las ofrendas de comida te aconsejo meditar en esa encrucijada, conectar con las energías de Hécate, realizar la invocación y una vez terminado, es entonces cuando debes entregarlas, una vez finalizado el ritual. De vuelta a casa toca, quedarte meditando esa noche para apaciguar a los espíritus que acompañan a Hécate y que pasen de largo. Al día siguiente toca limpiar todo lo relacionado con este ritual incluido ofrendas en el caso de que no lo hayas hecho en una encrucijada. Si lo has dejado en una encrucijada, al día siguiente has de ir para ver si hay restos y retirar todo lo que haya sobrado que no sea parte de la naturaleza.

Paso 01 - Preparar ofrendas de comida y Preparar la encrucijada

Paso 02 - Colocar las velas, incienso, el vino y las ofrendas tapadas con un trapo

Paso 03 - Meditación e Invocación a Hécate para purgar ofensas

Paso 04 - Entrega de la ofrenda de sangre

Paso 05 - Destapar las ofrendas y marcharse sin mirar atrás Paso

06 - Limpieza y purificación de todo

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APERTURA RITUAL:

se le da la bienvenida a Hécate

En esta noche doy la bienvenida a esta encrucijada a Hécate,

la Diosa sabia que camina por la tierra junto aquellos que su tiempo terminó.

Después de la apertura, abriremos la botella de vino y haremos en el suelo un círculo rodeando toda la parte donde estarán las ofrendas y las velas. Las libaciones son la forma de ofrendar a las divinidades los licores que les vamos a ofrecer. Después se encienden las velas, el incienso y con el mantra visualizando el sigilo de Hécate vamos a llamarla y cuando sintamos su energía lanzamos la oración de invocación

Mantra:    Anana Hekate Ayer Sygnomi

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INVOCACIÓN:

Diosa de la noche oscura sin luna,

la que nos llena el alma de sabiduría,

la que abre las puertas y vigila los caminos,

en esta encrucijada te reclamo,

para entregar una ofrenda por mis pecados.

Si en algún momento te ofendí no fue mi intención,

puesto soy un mero mortal imperfecto,

solo tu me llenas de gracia con tu conocimiento,

solo tu me iluminas mis noches más oscuras,

solo tu eree capaz de sentir piedad por tus devotos.

Pasa esta noche de largo con tus perros del infierno,

no te detengas en mi morada con tu cabalgata de muerte,

en esta encrucijada te entrego estas ofrendas,

para apaciguar a aquellos que te acompañan.

Escucha mi llamado esta noche, Hécate la grande,

Diosa de los triples caminos enlazados,

tú que proteges a las criaturas de la noche,

tú a la que los demonios temen al oír tu nombre.

Hermosa Madre Divina que habitas en el inframundo,

la que gobierna todos los planos conocidos,

la que guarda y cruza la entrada del averno,

hoy con sinceridad te proclamo y presento mis respetos.

Anana Hekate Ayer Sygnomi

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CIERRE DEL RITUAL:

Después de la invocación quita el trapo de encima de las ofrendas de comida, ofrecerlas a Hécate y sus acompañantes. Da las gracias y marchate de la encrucijada sin mirar atrás. A la mañana siguiente retira todo lo que haya sobrado del ritual y después puedes limpiar o purificar tu casa. Puedes usar alguno de estos sigilos o alguno que ya tengas construido para ella.

 

No utilicéis el Strophalos porque es un laberinto y al salir del ritual los espíritus se puede quedar dando vueltas alrededor de vosotros como si fuera un bucle. El strophalos se usa para el descenso al inframundo durante la Hekatesia de Noviembre. Recuerda que durante estos días de ritual, la intención es apaciguar a los espíritus que hayamos podido enojar y que no entorpezcan nuestro camino durante el descenso de la luz hasta la oscuridad.